La impecabilidad 2
Esta es la segunda parte de la recopilación de textos en libros de Casta neda, Thaish a y Armando, en donde se dan explicaciones y situaciones en las que se ilustra la impecabilidad de los imbolucrados.
Lo he dividido en 3 videos cortos, porque cada una de las explicaciones y situaciones están tan imbuidas de poder que no hace falta escuchar todas de un jalón para inspirarnos a la acción.
En, La telaraña universal, se dice:
Al luchar por la impecabilidad, los guerreros, de hecho están luchando por allegarse al espíritu.” “Cuando alcanzan la impecabilidad, pueden convocar al intento con tan solo un gesto.”
…
“Por más extraño que parezca, el brujo en realidad no controla nada, quién determina es el Intento, lo único que hace el brujo es acceder.” “Después de una vida de impecabilidad, puede que de pronto, el espíritu te nota, pero, si no se fija en ti, sin importar lo que hagas, no pasa nada.”
En, Viaje a Ixtlan se narra:
-Tienes que dejarte ir para que así tu poder personal se aúne con el poder de la noche -me dijo a oído.
Dijo que iba a adelantarse y tuve un ataque de miedo irracional.
-Esto es una locura -protesté.
Don Juan no se enojó ni se impacientó. Rió calladamente y me dijo al oído algo que no acabé de entender.
-¿Qué dijo usted? -pregunté en voz alta, mientras mis dientes castañeteaban.
Don Juan me puso la mano en la boca y susurró que un guerrero actuaba como si supiera lo que hacía, aunque en realidad no sabía nada. Repitió una frase tres o cuatro veces, como si quisiera que yo la memorizara. Dijo:
-Un guerrero es impecable cuando confía en su poder personal sin importar que sea pequeño o enorme.
En, El secreto de la serpiente emplumada, nos cuentan:
La regla se manifiesta en todo lo que existe: los colores, el sonido, las ciencias, las matemáticas, la geometría, la astronomía, la genética, ¡en todo! A los científicos modernos nosotros los llámamos ‘los descubridores de la regla’, porque eso es lo que hace la ciencia moderna: descubre aspectos de la regla universal.
“La Regla del Nagual tiene diversas porciones – y pasó a enumerar las diferentes áreas en que se aplica la regla, en el caso específico de las partidas –. Las hay para cada guerrero individual, según su dirección o tendencia. Ya hemos comentado la regla para los naguales, pero también existen normatividades para los planetas de las ensoñadoras y las acechadoras, las hay para la partida, para el linaje… En fin, la regla está presente en cada mínimo aspecto del proceso, desde la formación de las partidas. Incluso hay reglas para el comportamiento de los guerreros.
• ¿Cuales son esas reglas de comportamiento? – Ser impecable, dijo.
Yo dije, en tono de queja, que eso no explicaba nada; yo esperaba una lista de cosas que se podían y no se podían hacer.
• ¡Ah, pero si explica! – replicó –. La impecabilidad es como una multiherramienta que sirve para cualquier ocasión. Por ejemplo, entre bueno y excelente, el guerrero siempre escoge lo más y mejor, y cuando uno tiene que escoger a huevo entre lo malo y peor, uno escoge, estratégicamente, lo que cause el menor daño posible. Se rió de sus propias palabras y luego añadió:
• La impecabilidad es siempre dar lo mejor de sí mismo, todo el tiempo, en todo lo que hagas, aún cuando, en ocasiones la situación no sea la más favorable.
Le pedí que me diera más detalles, pero él me dijo que eso lo iría descubriendo por mí mismo con el transcurso del tiempo, ya que mi asociación con ellos me obligaba a observar cada faceta de la regla.
En el libro, El don del Águila,
"El nagual explicó que la fijeza de la segunda atención tiene dos caras. La primera y la más fácil es la cara maléfica. Sucede cuando los soñadores usan su ensueño para enfocar la segunda atención en las cosas de este mundo, como dinero o poder sobre la gente. La otra cara es la más difícil de alcanzar y ocurre cuando los soñadores enfocan su atención en cosas que ya no están en este mundo o que ya no son de este mundo, así como el viaje a lo desconocido. Los guerreros necesitan una impecabilidad sin fin para alcanzar esta cara.
En el libro de, Textos ineditos, de Taish a Abelar, nos cuenta:
—Los antiguos hechiceros eran personas muy prácticas, —dijo—. Tan prácticos, de hecho, que se perdieron en los procedimientos. Los brujos modernos vieron que el camino de los antiguos conducía a la ruina. Entonces ellos aislaron la impecabilidad como su única guía. ¿Y por qué es la impecabilidad la clave para la libertad? Nélida no esperó a que yo ofreciera una respuesta. »La impecabilidad es el otro lado del espíritu. Como dos lados de una moneda o dos lados de una colina. Quería preguntarle qué quería decir con impecabilidad, pero ella me detuvo con un gesto de su mano. Suavemente ella cambió su posición para llevar su rodilla izquierda al pecho y se sentó sobre su pierna derecha doblada. Yo la imité. Giró para mirar la cima de la colina que acabábamos de bajar.
—Los antiguos hechiceros podían atravesar esa ladera y aterrizar en la parte superior o en el otro lado, —dijo Nélida—. No necesitaban subir a la cima primero como lo hicimos nosotros. Solo necesitaban conciencia e intento de controlar la dirección de su vuelo. Pero algunos de nosotros tenemos menos energía, por lo que todas nuestras acciones deben orientarse hacia ser impecables. Solo de esta manera, podemos almacenar suficiente energía para dejarnos ir del yo personal y aterrizar al otro lado de la montaña.
Nélida tomó un palo y dibujó una curva en el suelo que se parecía a la inclinación de una ladera de la montaña.
—De este lado está la impecabilidad, —dijo señalando con su palo—. Nuestros cuerpos y nuestras acciones y todas las cosas que vemos y sentimos, deben estar sintonizadas con la conciencia y el control.
Por otro lado es el puro entendimiento el que nos hace abandonarnos a nosotros mismos. En el medio hay una barrera compuesta de preocupación que vela todo. Es la niebla que debe ser purificada para ver claramente el otro lado.
Nélida señaló la línea media de su dibujo: la parte pesada que formó la ladera de la montaña. Ella dijo que en nuestro estado hipnótico, nosotros solo vemos el yo personal y dirigimos todo hacia su engrandecimiento. Dado que es el yo que gobierna nuestras acciones, estas son superficiales, mal hechas y llenas del yo. Creemos que el yo es inmortal, en consecuencia somos indolentes como si tuviéramos todo el tiempo del mundo a nuestra disposición. Pero una vez que nos damos cuenta de que hay algo más allá del yo, algo velado y misterioso, comenzamos a dirigir nuestra atención y esfuerzos para desvelarlo y explorar su misterio.
—Mientras menos se enfatice el yo, más alto se elevará el espíritu,
—dijo Nélida—. Por otro lado, cuanto más auto importantes somos, más nos aferramos a las emociones, juicios e ideas. Elimina el énfasis en el yo y el espíritu se elevará.
—¿Hay un canto? ¿o respiración especial? que uno pueda hacer ¿para deshacerse del yo de una vez por todas? —pregunté.
—¡Que pregunta! ¿Te has olvidado de la recapitulación? ¿Has perdido de vista los pases de brujería?
—No, solo quise saber si había una manera más corta y rápida. La recapitulación toma mucho tiempo.
—No hay atajos al poder, —dijo Nélida—. Sin embargo, todo es útil cuando se hace con la actitud adecuada.
—¿Cuál sería la actitud adecuada?
—Cuando uno es sincero y cumple su propósito; cuando uno no actúa para beneficio personal; cuando una es abandonada y no le importa un pito lo que le suceda a sí misma, entonces la montaña del auto-reflejo llega a ser tan transparente que el espíritu puede ser visto.
Nélida, hizo hincapié en que liberar el cuerpo energético y la intervención del espíritu era el objetivo de los modernos hechiceros.
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