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martes, 7 de noviembre de 2023

LA IMPECABILIDAD 1ra Parte: Carlos Castaneda, Taisha Abelar, Armando ...


La impecabilidad 1ra parte

Dado que en el video anterior se habla de la impecabilidad como un requisito para el ensueño, hice esta recopilación de varios libros de Castaneda, Thaisha y Armando, en donde se dan explicaciones y situaciones en las que se ilustra la impecabilidad de los imbolucrados.

Lo he dividido en 3 videos cortos, porque cada una de las explicaciones y situaciones están tan imbuidas de poder que no hace falta escuchar todas de un jalón para inspirarnos a la acción.

Carlos Castaneda en Viaje a Ixtlan:

-No trato de convertirte en un hombre enfermo y loco -prosiguió don Juan-. Eso puedes hacerlo tú mismo sin ayuda mía. Pero las fuerzas que nos guían te trajeron a mí, y yo me he esforzado por enseñarte a cambiar tus costumbres idiotas y vivir la vida fuerte y clara de un cazador. Luego las fuerzas volvieron a guiarte y me dijeron que debes aprender a vivir la vida impecable de un guerrero. Al parecer no puedes. Pero ¿quién sabe?
Somos tan misteriosos y tan temibles como este mundo impenetrable, conque ¿quién sabe de lo que seas capaz?


Armando Torres en, El secreto de la serpiente emplumada, dice:

Tal vez puedas aclararme, entonces, sobre la manera de llamar al intento - insistí. 
    • Hay tantas maneras como practicantes. Parece conectarse con cada individuo de forma única, pero los brujos han descubierto que, de hecho, sí existen algunas formas para atizar al intento. 
    • ¿Y cómo lo hacen?
    • Siendo impecables, pero eso no es decir mucho, ¿verdad? - me miró con una sonrisa burlona, como diciendo: ya he estado ahí. 
“Los brujos acostumbran realizar actos de desprendimiento y generosidad, ésa es una forma de ponerse al alcance. 
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El fuego interno:

-Los guerreros combaten la importancia personal como cuestión de estrategia, no como cuestión de fe  -repuso-. Tu error es entender lo que digo en términos de moralidad.
-Yo lo veo a usted como un hombre de gran moralidad -insistí.
-Lo que tú estas viendo como moralidad es simplemente mi impecabilidad -dijo.
-El concepto de la impecabilidad, así como el de deshacerse de la importancia personal, es un concepto demasiado vago para serme útil -le comenté.
Don Juan se atragantó de risa, y yo lo desafié a que explicara la impecabilidad.
-La impecabilidad no es otra cosa que el uso adecuado de la energía -dijo-. Todo lo que yo te digo no tiene un ápice de moralidad. He ahorrado energía y eso me hace impecable. Para poder entender esto, tú tienes que haber ahorrado suficiente energía, o no lo entenderás jamás.


En el libro de Taisha Donde cruzan los brujos, se dice los iguiente:

Dijo que el intento de los brujos no da cabida a la derrota, puesto que los brujos sólo disponen de un camino: tener éxito en todo lo que hacen. A fin de lograr tal visión de poder y claridad, los brujos deben redefinir su ser total, lo cual requiere comprensión y poder. La comprensión se deriva de la recapitulación de sus vidas y el poder se acumula a través de sus actos impecables.



Armando Torres en el libro Encuentros con el nagual, narra:

El período de los nuevos videntes comenzó hace unos cinco mil años, y alcanzó su apogeo en los tiempos de Tula. A través del acecho, el aporte fundamental de aquellos guerreros a la brujería fue la noción de la impecabilidad.

Porque la partida es un organismo de masa crítica. Si cualquiera de sus componentes se desvía del objetivo, la disfunción resultante provoca un colapso y hay que recomenzarlo todo. Es por eso que el nagual está obligado a exigir de sus guerreros que den el máximo de sí y a disponer las tareas de manera que todos participen con optimismo y confianza. El aceite de la partida es la impecabilidad de sus miembros, y su combustible, el anhelo de la libertad total.

En el libro, La telaraña universal se dice:

–Nuestra perdición es creer que vamos a vivir para siempre, que tenemos todo el tiempo del mundo, cuando en realidad, no lo tenemos en absoluto. Por eso,el guerrero vive cada segundo, tan intensamente como le sea posible, se mantiene permanentemente consciente del toque de la muerte. Al principio de nuestra relación, siempre que llegábamos al tema de la impecabilidad, parecía que se acababan los argumentos, así que, de nuevo le pedí que aclarara el concepto. Dijo: –La impecabilidad, requiere focalizar toda la atención posible en los detalles, demanda estar conscientes de todo lo que pensamos, hablamos y hacemos, las veinticuatro horas de cada día, sin descanso. De hecho, después de abandonar la flojedad natural, uno se acostumbra tanto a vivir adentro del flujo,que ya no acepta ninguna otra opción. Una vez don Juan le dijo a Carlos: “¡Deja de procrastinar!, ¡cambia ya!”, a lo que Carlos le replicó, que a lo mejor, no le interesaba cambiar. Don Juan le contestó entonces,que no comprendía como era posible, que él viviera disgustado con su vida, y aún así se rehusaba a cambiar.


En, El segundo anillo de poder, Castaneda le cuenta a la gorda:

Me contó hasta qué punto había insistido el Nagual en que comprendiesen que la impecabilidad no sólo representaba la libertad, sino que era el único medio para ahuyentar la forma humana.
Yo le narré el modo en que don Juan logró hacerme entender en qué consistía la impecabilidad. Atravesábamos un día un barranco de paredes muy escarpadas; un enorme pedrusco se desprendió de sus sostén rocoso y cayó con fuerza formidable al fondo del cañón, a veinte o treinta metros de nosotros. El tamaño de la piedra hizo que su caída resultara impresionante. Dijo que la fuerza que rige nuestros destinos está fuera de nosotros y nada tiene que ver con nuestros actos ni con nuestra voluntad. En ocasiones, esa fuerza nos lleva a detenernos en el camino para inclinarnos a atar los cordones sueltos de los zapatos, como yo acababa de hacer, y ganar así un momento precioso. De seguir adelante, era indudable que el inmenso trozo de roca nos hubiese aplastado. No obstante, otro día, en otro desfiladero, era posible que la misma decisiva fuerza exterior nos obligara a anudarnos los cordones en el preciso lugar sobre el cual descendiera un canto rodado de iguales dimensiones. En ese caso, nos hubiese hecho perder un momento precioso: de continuar caminando, nos habríamos salvado. Don Juan concluyó que, dada mi total falta de control sobre las fuerzas que decidían mi destino, el único acto de libertad posible consistía en atarme los cordones impecablemente.

1 comentario:

  1. No hay formas de agradecer el esfuerzo realizado para lograr este compendio suscinto y muy bien organizado. Felicitaciones y mis mejores deseos de que logres el PROPÓSITO.

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